La primera R1 sacudió el mundo de la motocicleta volviendo a poner las superdeportivas de 1000cc en el mapa. En los años 90, los competidores japoneses lanzaron los modelos de 900cc apuntando al mejor compromiso entre potencia y peso. Yamaha decidió tomar un enfoque ‘sin compromisos’. El equipo de desarrollo fijó tres objetivos principales: lograr la mayor potencia, el menor peso y las dimensiones más pequeñas.
Los ingenieros de Yamaha crearon un nuevo motor de 998cc con 5 válvulas, carburadores invertidos de gran diámetro de 40mm y un escape 4 en 1 con sistema Yamaha EXUP para optimizar el rango medio (que hizo famosa a la generación R1).
La relación de compresión era 11,8 a 1 con un diámetro y carrera de 74 x 58 mm. El cilindro y el cárter fueron diseñados de una pieza para hacerlos más ligeros y resistentes que los modelos convencionales 'pernados'. El motor se diseñó como componente autoportante en la última generación de bastidores Deltabox de aluminio.
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